Ecologistas en Acción ha lamentado este miércoles la «décima muerte» de un lince ibérico por atropello en Doñana en 2023 con la muerte de otro ejemplar este martes en la carretera entre Aznalcázar y La Puebla del Río, en la provincia de Sevilla.

Con esta nueva muerte, según han indicado en una nota, «se ha sobrepasado ya el número de linces muertos por atropello en las carreteras de Doñana de años anteriores, ocho en 2022, al menos seis en 2021 y doce en 2020», ello «a pesar de las medidas disuasorias para la especie que la Junta de Andalucía afirma haber implementado con cargo al programa europeo Life SaveCrossing».

Ecologistas en Acción ha destacado que lleva «años denunciando públicamente la falta de coordinación de las administraciones andaluza y estatal» para lograr que se evite la muerte de linces por atropello «de forma eficaz», subrayando que han solicitado «por activa y por pasiva» la permeabilización para la fauna de todas las carreteras y caminos agrícolas asfaltados, especialmente, para la fauna protegida, como lo es el lince ibérico, «con las máximas garantías de seguridad vial para las personas».

«Como respuesta a los atropellos de esta especie, el presidente de la Junta se limita a pedir prudencia a los conductores, mientras la Consejería de Medio Ambiente informa de haber colocado innovadores sistemas de prevención de atropellos y los ministerios Miteco y Mitma, han respondido en la misma línea», ha criticado antes de añadir que «hay una opacidad informativa administrativa absoluta en materia de fallecimientos de lince ibérico y sus causas, frente a los anuncios a bombo y platillo del censo anual, normalmente en primavera tras los nacimientos».

En este sentido, han apuntado que «lo cierto es que es una sangría que es necesario parar», ya que cada año mueren en las carreteras «casi tantos linces como sobreviven de los ejemplares nacidos». «La cría en cautividad y liberación no puede ser el sistema para recuperar nuestra especie emblemática», han manifestado desde la organización ecologista.

«Parece que la especie está recuperándose pero también parece que hay una relajación peligrosa en su conservación. Si desapareciera el lince ibérico, cosa que esperamos que no ocurra, sería un fracaso como sociedad que no podríamos enmendar y una vergüenza como custodios de una especie valiosísima que sólo existía en Doñana y Sierra Morena. Tras años de trabajos e inversiones hemos conseguido expandirla a la península Ibérica y debiéramos de ser capaces de consolidar y garantizar su existencia futura en libertad», ha subrayado la organización.

Por todo ello, Ecologistas en Acción reiteran que «vamos a solicitar al Consejo de Participación de Doñana que se abra un debate para buscar solución a este grave problema», para lo cual también acudirán a la Unión Europea y la UICN, organismos internacionales competentes en la conservación de esta especie «emblemática» en peligro, «tanto como nuestras propias administraciones, para que busquen una vía de trabajo coordinado».

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