Manifestación del 4 de diciembre en Sevilla, arranque del proceso autonómico de Andalucía/ Pablo Juliá

para que el pueblo andaluz decida por sí mismo si sólo quiere gestionar algunos servicios del Estado español en un modelo descentralizado, si quiere decidir nada más sobre algunas competencias autonómicas educativas, sanitarias, medioambientales y otras desde las leyes generales emanadas del Parlamento de Madrid, si quiere tener su propio modelo dentro de un único estado federal, si quiere promulgar su constitución compartiendo con otros estados confederados cuestiones concretas como la defensa, la política monetaria y otras cuestiones puntuales o si quiere ser independiente midiéndose de igual a igual con otros estados independientes para entrar en uniones continentales, alianzas estratégicas o no;

para posicionarse a favor de los pueblos ocupados, oprimidos, colonizados, en lucha, resistencia o conflicto armado frente a sus opresores, como el palestino, el saharaui, el cubano u otros que considere oportuno a través de la solidaridad, la acogida, el apoyo político, la cooperación al desarrollo, la ayuda humanitaria, el abrazo del hermanamiento y la empatía colectiva;

para desarrollar su propio modelo socioeconómico, fiscal, ecológico, de residuos, de aguas, productivo, comercial, agroalimentario, pesquero, de propiedad de la tierra, tecnológico, de telecomunicaciones, transportes, ferroviario, urbanístico, bancario, administrativo, turístico, hostelero y laboral;

para refundar su conciencia de pueblo, cultura genuina, cosmovisión propia, idioma único de amalgama, recuperación de la memoria histórica, interpretación del pasado, mirada arbonaidea sin tintes rojigualdas, raíces diversas y multiétnicas, formas flamencas, rockeras, hip-hop-eras o protesta, banderas, pendones o estandartes suyos, sangres ricas y mestizas, patrimonio cultural repopularizado y público;

para elegir su sistema organizativo interno, reconocimiento de pueblos andaluces dentro del pueblo andaluz, gitano, amatzin, latinoandaluz, afroandaluz, euroandaluz, si queremos mantener las vetustas y artificiales provincias o agruparnos en comarcas como unidades territoriales, recuperar la Andalucía vaciada, eliminar el centralismo interno, reconsiderar una policía punitiva y un ejército inútil y parásito para impulsar la convivencia y la paz, recuperar servicios y espacios públicos privatizados, combatir la corrupción de partidos centralistas, incidir en los problemas propios de nuestra tierra como el paro, la precariedad laboral, la especulación con los precios, la acumulación de la riqueza, el papel colonial y subalterno asignado, sin que nos distraigan con otros asuntos;

para fomentar y participar de alianzas con otros estados en el marco europeo, ibérico, mediterráneo y atlántico, reivindicar un horizonte cultural andaluz más allá de los fronteras administrativas actuales, fortalecer lazos con comunidades andaluzas en otros espacios territoriales, reforzar una comunidad andaluza supraestatal, ocupar el lugar de síntesis de culturas que tanto promulgamos, hacer de la hospitalidad y la acogida nuestro presente y no sólo nuestro pasado, generar oportunidades para que nuestra juventud no tenga que marcharse a otros lugares para progresar o sobrevivir;

para resolver nuestros problemas sociales de peculiaridades verdiblancas, nuestros machismos, racismos, clasismos, individualismo, conservadurismos, ombliguismos y colonialismos internos, reconociéndolos y dándole respuesta propia, nuestra, combatiendo todo lo malo y recuperando todo lo bueno que nuestra historia nos ofrece, fortalecer la inclusión social sin sectarismos chovinistas ni exclusiones por ninguna razón o sinrazón, desde nuestra identidad andaluza, ni superior ni inferior a otras pero nuestra;

para decir paz y esperanza, pedir tierra y libertad, volver a ser lo que somos y gritar con orgullo VIVA ANDALUCÍA LIBRE.

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