Teresa Rodríguez posa junto a varios miembros de este partido en un acto
Teresa Rodríguez posa junto a varios miembros de este partido en un acto

Se opina sobre Adelante Andalucía desde fuera, a veces sin información completa, a veces interesadamente desde posiciones partidistas, a veces interpretando desde ópticas centralistas y/o unionistas. Es conveniente aclarar algunas cuestiones, desde la visión y vivencia de un militante de base.

Ni pre ni posteresismo

Adelante Andalucía abomina de hiperliderazgos personales y de perpetuación en cargos públicos, por eso Teresa Rodríguez, ha dejado su cargo institucional como diputada electa del Parlamento Andaluz transcurridos los ocho años, tras los que se había comprometido a abandonar precisamente para no enquistarse en el puesto, no “naturalizar” lo que considera privilegios y no alejarse de su profesión. Su compromiso se ha mantenido intacto, tal y como se ha visto en las campañas de las municipales y las generales, dando la cara y apostando por el proyecto político de Adelante Andalucía. No hay un “después” ni un “antes”, pues la compañera fue partícipe de la fundación de este instrumento político y sigue siéndolo. Actualmente es portavoz de la formación, compromiso inequívoco con Adelante Andalucía.

¿Refundar el andalucismo?

El andalucismo existe desde la propia existencia de Andalucía, siendo Blas Infante uno de los primeros que lo teorizó, profundizó y dio un marco ideológico inserto en su época y lugar. No es susceptible de refundar, pues está fundado desde tiempo inmemorial y no se puede refundar. Se podrá repensar, reinterpretar, redirigir, pero refundar no, pues lo fundado ya lo está. Lo que sí se puede refundar es el instrumento que lo impulse de una manera o de otra. Se podrán refundar las entidades públicas o privadas, hasta los partidos que lo desarrollen, como lo hizo el PSA, el PA o Adelante Andalucía, entre otros, pero el andalucismo no.

¿Adelante Andalucía regionalista?

Si el regionalismo pone a la región como centro y usamos el término región de una manera genérica, a ERC, BNG, EH Bildu o Adelante Andalucía podemos denominarlos regionalistas, pero teniendo esta expresión una connotación diferenciadora del nacionalismo e identificándose con usos y costumbres externos, no, Adelante Andalucía no es un partido regionalista. Se define soberanista, desde la defensa aférrima del derecho de autodeterminación y la identidad nacional propia. (Véase “La constitución andaluza de 1883” de Rubén Pérez Trujillano).

¿Fusionarse en Sumar?

Es cuanto menos dudoso que partidos declarados andalucistas que mantienen obediencia a estructuras centralizadas en Madrid, defiendan, por encima de todo los intereses de Andalucía, pues, diluidos o uniformados en una aceptada estructura superior, perderán su fuerza identitaria a favor de otras propósitos considerados superiores (Véase “Por Andalucía, la difícil reconversión de la primera coalición de izquierdas en Sumar” de Daniel Cela). No es el caso de Adelante Andalucía, que declara abiertamente su única obediencia al Pueblo Andaluz.

Pero no sólo es un enunciado teórico sino también una decisión orgánica, pues, en contra de lo que en algún lugar se ha publicado, la incorporación a Sumar fue sometida al veredicto asambleario, siendo rechazada casi unánimemente por las bases. No es Sumar el constructo desde el que la Soberanía del Pueblo Andaluz pueda defenderse y Adelante Andalucía así lo definió claramente cuando se creó esa formación. No ha sido cuestionado de ninguna manera hasta el día de hoy, ni parece que vaya a serlo. Es verdad que para parte de la militancia, la mala experiencia con Podemos ha pesado en esta decisión pero también lo es que otra buena parte, que no vivió aquellos sinsabores o que se ha incorporado al proyecto de Adelante Andalucía con la refundación de Granada de 2020 o después, la clave ha sido la apuesta por la descentralización, la radical oposición a cualquier tipo de tutelas e incluso la admiración por otros instrumentos nacionales de los llamados periféricos dentro del Estado Español, como puede ser el BNG, ERC o EH Bildu, a los que nadie les presiona para que se diluyan en experimentos estatales de oportunidad.

Resultados electorales

Por último, no cabe duda que los resultados electorales no han sido los deseados, ni en las municipales ni mucho menos en las generales. No lo han sido en general para la izquierda (el PSOE, no puede considerarse izquierda} ni para los proyectos progresistas descentralizados, reforzándose el bipartidismo con muletas y con una presión/marginación mediática dopada con presupuestos publicitarios. Además, la ley electoral, aprobada y mantenida por el PPSOE, prima a los partidos hegemónicos, aunque no por ello las muletas de los mismos se les hayan unido ni los partidos nacionalistas no españolistas hayan desaparecido. Parece positivo que, más allá de la injusta representatividad en las instituciones, haya un amplio abanico de opciones políticas que reflejen la diversidad de la sociedad en la que vivimos, ya sea mayoritaria o minoritaria.

Adelante Andalucía

Adelante Andalucía, como aquel Partido Republicano Democrático Federal de Blas Infante (Véase “Blas Infante, un buen comunicador al que le faltó una estrategia para vender mejor el andalucismo durante la República” de Antonio Morente) por diferentes circunstancias, no ha tenido el apoyo electoral mayoritario del Pueblo Andaluz, de momento, pero es un proyecto político vivo, dinámico, joven y renovado, independiente, prometedor e ilusionante, abierto, aglutinante e incluyente, orgánico, asambleario y horizontal, una propuesta de andalucismo soberanista de izquierdas, y que grita fuerte, clara y enérgicamente VIVA ANDALUCÍA LIBRE.

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