La madre del recién suspendido presidente de la RFEF, Luis Rubiales, se han atrincherado en la iglesia de la Divina Pastora de Motril hasta que cese la «cacería, inhumana y sangrienta» contra él, según ha adelantado Canal Sur Noticias. Ambas, además, se han declarado en huelga de hambre en el interior del templo durante un tiempo indeterminado.

Luis Rubiales, natural de Motril, fue suspendido «de toda actividad relacionada con el fútbol» el pasado sábado, 26 de agosto, tras la polémica del beso que le propinó a la jugadora de la Selección Española Femenina, Jennifer Hermoso.

Ya el pasado viernes 25, según aseguró su entorno más cercano, Rubiales acudiría a la Asamblea de la RFEF para presentar su dimisión. Sin embargo, lejos de retirarse, el todavía presidente se reafirmó en su no dimisión. Un gesto muy criticado debido a la contundencia de sus palabras y la autodefensa de sus actos, lo que provocó una cascada de comunicados de rechazo por parte de clubes y jugadores destacados.

El comunicado de la jugadora, Jenni Hermoso, se publicó esa misma noche, a través del cual la joven aseguraba que el beso se produjo sin su consentimiento. Además, horas antes, la plantilla de la Selección femenina firmó otro escrito en el que prometían no volver a jugar hasta que Rubiales dimitiera.

Tras el aluvión de acontecimientos, el Consejo Superior de Deportes, anunció que elevaría una denuncia al TAD para suspender a Rubiales. Una medida que se produjo menos de 24 horas después de las palabras del aún entonces presidente, quien fue suspendido por la FIFA hasta que el TAD dicte sentencia.

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