En el 48º aniversario del asesinato de Manuel José García Caparrós, Izquierda Unida y las hermanas del joven malagueño han reivindicado este jueves en Málaga la necesidad de seguir avanzando en verdad, justicia y reparación. Durante la tradicional ofrenda floral que cada 4 de diciembre recuerda al trabajador fallecido en 1977 mientras defendía la autonomía andaluza, tanto la familia como los dirigentes de IU han exigido que Caparrós sea reconocido oficialmente como víctima del terrorismo de Estado.

El acto ha contado con la presencia de sus hermanas —Puri, Paqui y Loli— acompañadas por el coordinador federal de IU y candidato de Por Andalucía a la presidencia de la Junta, Antonio Maíllo; el coordinador regional y diputado en el Congreso, Toni Valero; el secretario general del PCA, Ernesto Alba; y la coordinadora provincial, Toni Morillas. Durante la comparecencia ante los medios, Loli Caparrós agradeció el apoyo recibido y destacó que, tras décadas de reclamaciones, la familia tiene ya en su poder las actas ocultas sobre el caso de su hermano. «Han sido 48 años pidiendo las actas y ya por fin las tenemos en nuestro poder», señaló, antes de subrayar que seguirán investigando su contenido con el apoyo de un abogado especializado.

La familia ha insistido en que su objetivo es «cerrar el círculo» y conocer toda la verdad sobre lo ocurrido aquel 4 de diciembre de 1977. Los documentos recibidos incluyen miles de páginas y numerosos audios pertenecientes tanto al caso de García Caparrós como al de Las Lagunas, que deberán ser analizados e interpretados con detalle. «Vamos a seguir luchando por lo que a él le pertenece», afirmó Loli, quien reconoció que muchos de los testimonios serán difíciles de escuchar.

Por su parte, Antonio Maíllo puso en valor la perseverancia de las hermanas García Caparrós, a quienes calificó como un ejemplo de dignidad y constancia. El dirigente señaló que la entrega de las actas supone «levantar las tumbas de la opacidad» y avanzar en la deuda histórica que la sociedad mantiene con la familia. Maíllo defendió que el joven debe ser reconocido como víctima del terrorismo, al considerar que su muerte obedeció a la voluntad de «causar terror» en un contexto en el que un millón de andaluces reivindicaban en la calle la autonomía como vía para resolver sus problemas.

Asimismo, Toni Valero recordó que el asesinato de García Caparrós no fue un hecho aislado, sino parte de un periodo de violencia política durante la Transición en el que, según explicó, fuerzas policiales y grupos de extrema derecha acabaron con la vida de más de 300 personas. Valero denunció las resistencias heredadas del franquismo y reivindicó la memoria de las víctimas antifranquistas como pilares de la democracia y del autogobierno andaluz. «Vamos a seguir peleando para que Caparrós sea reconocido como víctima del terrorismo de Estado», concluyó.