El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha iniciado un proceso de revisión y contacto con unas 2000 mujeres a las que se les practicaron mamografías, con el objetivo de aclarar los resultados obtenidos. La medida se debe a la detección de un fallo en el protocolo de cribado del cáncer de mama que afectaba a los casos catalogados como “dudosos”.

Hasta ahora, las mamografías se clasificaban en tres niveles: sin alteraciones, sospechosas —que requerían nuevas pruebas y se notificaban de inmediato—, y las denominadas dudosas, que precisan un seguimiento en función de los antecedentes y características de cada paciente. El problema identificado por el SAS radica en que este último grupo no siempre recibía la información de forma adecuada, llegando incluso a producirse retrasos de varios meses o, en algunos casos, hasta de un año.

Aunque algunas mujeres sí habían sido avisadas por sus hospitales, esa comunicación no figuraba en el protocolo oficial, lo que generó lagunas en el procedimiento. Esta situación coincide con las quejas planteadas por pacientes a través de la asociación Amama. Según datos internos del SAS, el 98% de los casos con dudas finalmente resultan benignos.

Con la actual revisión, algunas de las mujeres que recibirán la llamada ya pudieron haber sido atendidas en consultas posteriores, pero la intención del SAS es cerrar definitivamente esta deficiencia. Además, la administración sanitaria ha anunciado que el protocolo ya ha sido modificado para garantizar que, en adelante, toda paciente con resultados dudosos sea informada directamente y se le haga el seguimiento correspondiente.Sa