Imagen de un siluro. @ZooCuriosidad

La Asociación RASTREA ha advertido que la llegada del siluro (Silurus glanis) al Guadalquivir no es un accidente, sino consecuencia de la falta de control de las administraciones. Según la entidad, la presencia de este pez invasor supone un riesgo de colapso para un ecosistema ya al límite, y su expansión hacia Doñana marcaría “un antes y un después” en la historia del espacio protegido.

El portavoz de RASTREA, Juan Carlos Reins, explicó a los medios que el siluro es un superdepredador que amenaza a especies autóctonas en peligro como el fartet, el samaruc o la anguila europea, además de competir con depredadores nativos y alterar el equilibrio trófico de los ríos. El impacto también alcanzaría a aves como fochas, patos, garzas o la cerceta pardilla, el pato más amenazado de España. Asimismo, se alimenta de ranas, renacuajos y galápagos, transformando charcas en espacios estériles.

La asociación responsabiliza además a la gestión hidráulica del avance de esta especie, señalando que los desagües del embalse de Iznájar carecen de sistemas de retención de fauna. Reins denunció que el canal de salida se ha convertido en “una autopista” para esta especie invasora.

RASTREA advierte de que, más allá del daño ecológico, la llegada del siluro a Doñana supondría un problema de imagen internacional, en un espacio ya bajo la lupa de la UNESCO y de la Comisión Europea. “Sería un escándalo internacional”, subrayó Reins.

La asociación reclama la depuración de responsabilidades en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y en la Junta de Andalucía, así como un plan específico de detección, contención y erradicación selectiva del siluro. “Una vez que se establezca, será prácticamente imposible eliminarlo. La prevención es la única estrategia realmente efectiva. Doñana no puede permitirse otro golpe”, concluyó el portavoz.