El colectivo Quejío Andalú ha iniciado el curso político con una reunión celebrada en San Juan de Aznalfarache, donde sus integrantes trazaron los objetivos y horizontes que marcarán su actividad en los próximos meses. El encuentro, que se desarrolló en un ambiente de ilusión y compromiso, sirvió para consolidar este proyecto nacido durante el pasado verano.

Quejío Andalú surge de una serie de encuentros entre andalucistas que, al calor del verano sevillano de 2025, coincidieron en la necesidad de articular un espacio común para impulsar un andalucismo «no sólo identitario, sino también de clase, cívico y combativo». Tras su primera acción pública —la participación en la ofrenda floral a Blas Infante el 10 de agosto—, el colectivo afronta ahora una etapa de consolidación.

En la reunión se subrayó la importancia de tejer redes culturales y sociales que permitan llevar el discurso andalucista a la mayoría de la ciudadanía, poniendo el foco en los problemas de Andalucía y en cómo afrontarlos desde una perspectiva colectiva. La organización destacó su voluntad de convertirse en una voz crítica y plural que fomente la participación ciudadana y el trabajo horizontal.

El calendario inmediato de Quejío Andalú incluirá encuentros, talleres y actividades abiertas a la comunidad, con la intención de generar espacios de debate y de construcción conjunta. Según señalaron, se trata de dar cuerpo al andalucismo popular y cultural y de devolver la voz al pueblo andaluz como protagonista de su futuro.

Con este arranque de curso, el colectivo reafirma su compromiso de seguir sembrando conciencia crítica y memoria viva, con la vocación de crecer mediante puentes comunes con otros movimientos y sensibilidades andalucistas.

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