La primera cita de la plataforma “Salvemos el Guadalquivir”, una iniciativa formada por organizaciones ecologistas, científicas y profesionales, reunió el pasado domingo a decenas de personas en Chipiona (Cádiz) para protestar contra los planes de minería industrial de Aznalcóllar y Gerena, que temen puedan provocar vertidos contaminantes en el río.
Los participantes, entre ellos representantes de los ayuntamientos de Chipiona, Trebujena, Coria del Río y Lebrija, alzaron la voz para pedir una moratoria inmediata sobre los vertidos de metales pesados y reclamar la creación de un comité científico independiente que evalúe los impactos sobre el estuario y el ecosistema fluvial.
En el centro del rechazo está el proyecto de mina subterránea con planta polimetalúrgica impulsado por Cobre las Cruces, junto a la prevista reapertura de la mina de Aznalcóllar por Grupo México y Minorbis. Los organizadores advierten del riesgo de liberar millones de litros de aguas tóxicas al río, lo que consideran una «catástrofe ambiental inminente».
La plataforma alerta de que la alternativa minera amenaza no solo la biodiversidad del Guadalquivir y de Doñana, sino también la salud pública y los sectores agrario y pesquero de la región. Reclaman transparencia, controles rigurosos y una gestión sostenible del recurso hídrico.