Acto de bienvenida del grado en medicina de la Loyola.

La Universidad Loyola ha comenzado a impartir la carrera de medicina este curso 23/24, pero lo ha hecho tres meses después del inicio del año académico. La Junta de Andalucía daba luz verde este martes a la institución jesuita para impartir el grado y las clases han comenzado este mismo miércoles.

Esta decisión no ha estado exenta de críticas. El rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, alertaba de la quiebra de «la igualdad de oportunidades» que supone esta incorporación inmediata a la oferta de la enseñanza superior.

La Junta, para asegurar que la el grado se desarrollará con la máxima calidad, ha exigido a la Loyola «un plan riguroso y detallado» que recoja la programación docente, todos los créditos contemplados este primer año y las garantías legales para el proceso de matriculación y el calendario de exámenes. Además, para compensar el comienzo tardío, el curso finalizará en pleno verano.

Las universidades públicas andaluzas han lanzado un comunicado conjunto en el que critican esta situación. En dicho escrito, todos los rectores manifiestan su rechazo unánime al grado en medicina impartido en la Loyola. «Consideramos que jurídicamente no es viable el comienzo de las clases tres meses después del iniciado curso académico».

También recalcan que «esta decisión daña notablemente la imagen de la enseñanza universitaria y perjudica el normal desarrollo de la docencia y la calidad del servicio de educación prestado al alumnado». El texto finaliza con los rectores tildando la situación de la Loyola como «privilegiada», asegurando que este comportamiento no lo ha recibido «ninguna instituciona académica hasta ahora».

La Loyola defiende que «cumple todos los requisitos legales»

Por su parte, la universidad jesuita defiende en una nota de prensa que «cumple con todos los requisitos legales establecidos para la impartición de este título, además de con los altos estándares internos de las universidades jesuitas de todo el mundo. Todas las dificultades experimentadas en este largo proceso para la autorización y verificación del título han sido solventadas, y el esfuerzo de todo el equipo de la universidad se ha visto reconocido con el informe final positivo y la autorización de la Junta, así como por la confianza de los estudiantes y sus familias».

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