El presidente de la Junta de Andalucía, Janma Moreno
El presidente de la Junta de Andalucía, Janma Moreno

La dimisión de la consejera de Salud y Consumo, Rocío Hernández, ha desatado una tormenta política en Andalucía. Los principales partidos de la oposición han coincidido en que el relevo no resuelve la crisis y han exigido responsabilidades al presidente de la Junta, Juanma Moreno, por la gestión sanitaria y el escándalo de los cribados de cáncer de mama.

La salida de Hernández se produce después de que el Gobierno andaluz reconociera fallos en la comunicación de resultados de mamografías que afectaron a más de 2.000 mujeres, provocando retrasos en sus diagnósticos. Las manifestaciones celebradas esta semana en distintas ciudades andaluzas.

«El problema es la privatización»

Desde Adelante Andalucía, la formación liderada por Teresa Rodríguez ha asegurado que «el problema no es una consejera incompetente, sino el plan de Moreno Bonilla y del Partido Popular para privatizar la sanidad», un modelo que, según el partido, «ya se ha cobrado vidas de mujeres andaluzas y pone en riesgo la de todos los andaluces». En el mismo tono, el portavoz José Ignacio García ha recordado que ya van tres consejeras de Salud bajo el mandato de Moreno y ha advertido: «El problema se llama privatización y cuesta vidas. Se tiene que ir usted, Juanma Moreno».

La portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, también ha responsabilizado directamente al presidente andaluz. A su juicio, fueron «las miles de mujeres que llenaron las calles» quienes forzaron la dimisión de la consejera. Nieto considera que el «destrozo del Servicio Andaluz de Salud (SAS) no se despacha con una comparecencia» como la realizada por Moreno, sino que exige medidas estructurales y una revisión profunda del sistema público.

«No basta con una dimisión»

En la misma línea, la vicesecretaria general del PSOE de Andalucía y portavoz parlamentaria ha acusado al presidente de realizar una comparecencia «plagada de mentiras», en la que «culpó a las mujeres, a los profesionales sanitarios y a los gobiernos anteriores». Para los socialistas, la renuncia de Hernández no es suficiente: «Hoy el grito de las andaluzas en las calles es que se vaya usted, señor Moreno. El daño es irreparable».

El PSOE ha reclamado la creación de una comisión de investigación en el Parlamento andaluz para esclarecer las responsabilidades políticas del caso y depurar posibles negligencias dentro del SAS.

Vox también pide la dimisión de Moreno

Por su parte, el portavoz de Vox en Andalucía, Manuel Gavira, ha calificado de «grave» la situación de la sanidad andaluza y ha acusado al presidente de la Junta de haber «mentido a todos los andaluces» sobre los fallos en el cribado. «La atención sanitaria va como un barco a la deriva», ha afirmado, al tiempo que ha anunciado que su grupo pedirá en el Parlamento que Moreno «se vaya a su casa».

Gavira ha criticado que, si se confirma que el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, asume de forma provisional la cartera de Salud, sería ya el cuarto responsable sanitario en lo que va de legislatura. «¿Alguien cree que con cuatro consejeros diferentes se están haciendo bien las cosas? La respuesta es no», ha subrayado.

La Junta anuncia un plan de choque

Mientras tanto, el Gobierno andaluz ha intentado contener la crisis sanitaria con un plan de choque de 12 millones de euros que incluye la contratación de 119 nuevos profesionales y el compromiso de repetir las mamografías de las mujeres afectadas antes del 30 de noviembre.

Pese a estas medidas, la oposición considera que el problema es más profundo y estructural. Los partidos coinciden en que la dimisión de Rocío Hernández no basta y que el caso de los cribados ha puesto de manifiesto el deterioro del sistema público de salud en Andalucía.

Desde el Gobierno central, el ministro Óscar López ha calificado la dimisión de Hernández como «insuficiente» y ha acusado al Ejecutivo de Moreno Bonilla de «desmantelar la sanidad pública» mediante un modelo que favorece la externalización y los conciertos privados.

Con este clima político enrarecido, la gestión sanitaria se ha convertido en uno de los mayores focos de desgaste del Gobierno andaluz en toda la legislatura, y la dimisión de Rocío Hernández, lejos de cerrar la crisis, parece haber abierto un nuevo frente en el Parlamento andaluz.