El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, defendió este jueves la posición del Partido Popular (PP) en contra de la desclasificación de los documentos sobre el asesinato de José Manuel García Caparrós, ocurrido el 4 de diciembre de 1977 en Málaga durante una manifestación por la autonomía andaluza. Moreno argumentó que la iniciativa votada en el Congreso se planteó como «una causa general» y que «en ningún momento se cita al asesinado», por lo que, a su juicio, no respondía de forma concreta al caso de García Caparrós.

La explicación fue cuestionada con dureza en el Parlamento andaluz por la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, quien acusó a Moreno de «engañar y utilizar» a la familia de García Caparrós «sólo para una foto y propaganda». Nieto recordó la imagen del presidente con las hermanas del joven, difundida el pasado 4 de diciembre con motivo del Día de la bandera, y reprochó al líder del PP andaluz que ahora su partido se opusiera a retirar las tachaduras de los documentos para esclarecer quién fue el autor del disparo que acabó con la vida del malagueño. «¿No le da vergüenza que el PP haya votado en contra de la desclasificación de los documentos para que esta familia conozca por fin quién asesinó a su hermano?», interpeló la diputada.

Moreno replicó que «siempre he defendido públicamente» el derecho de la familia a conocer la verdad, pero insistió en que «tenían que haber llevado una proposición de ley que, al menos, hablara de Caparrós». En este sentido, reprochó a la izquierda que «si realmente quieren la verdad y no hacer política con esto, tenían que haber planteado una iniciativa específica» sobre el caso. Además, acusó a los partidos de izquierda de carecer de «valentía y dignidad» por no haber institucionalizado el 4 de diciembre como Día de la bandera, «como hicimos nosotros», señaló.

Nieto, por su parte, replicó que lo que «había que hacer era rematar la faena» y votar en Madrid a favor de la desclasificación para que los documentos «vieran la luz» y la familia de García Caparrós pudiera obtener respuestas tras casi cinco décadas de silencio oficial.