Susana Díaz, expresidenta de la Junta de Andalucía y ex senadora socialista ha mostrado una cara poco visible en la política tras escuchar la transcripción de los WhatsApps intercambiados entre el presidente del gobierno Pedro Sánchez y el que era secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos. Se mostró dolida, ya que en esta transcripción existen mensajes donde se aluden a ella, por ello tuvo que ausentarse unos días.
Tras estos días, ha vuelto «con otra serenidad» «sigue mereciendo la pena» respecto a seguir en la política; «He necesitado parar, he necesitado la semana pasada irme tres o cuatro días y
quitarme del cartel porque lo había pasado mal. Pero a pesar de eso, sigo
creyendo que merece la pena. La política en general es noble y merece la pena, lo
que pasa es que cuando usamos lo feo de la política, que también existe, lo
negativo de la política, lo canalla, lo cruel, que también existe; eso es lo que llena
de titulares» admitió en el ciclo de conferencias ‘diálogos de la España Constitucional’ en en el centro cultural la Malagueta, Málaga.
Reflexión sobre su futuro
Cuando terminaron las primarias del PSOE en Andalucía, realizó una reflexión sobre si querría seguir al frente de la política, o apartarse, «Y decidí que era mi vida, que lo mío era vocacional, que quiero estar aquí, que no quería una puerta giratoria, ni un cargo, ni un nada; igual que no había querido ser presidenta del Senado, ni ministra, tampoco quería estar fuera de la política», ha asegurado.
La expresidenta está muy contenta con el apoyo recibido estos días, de personas que han estado al frente con ella, gente que le ha apoyado en este momento y gente que no le ha apoyado; «Ha sido tanto que el depósito de gasolina se te llena, y yo he vuelto con otra serenidad y con otra calma», ha manifestado Díaz, quien, no obstante, ha reconocido, como ya lo hizo en un primer momento, que no le han gustado «¿Cómo me va a gustar?» y que «lo que dije era la verdad, estaba jodida».
La implicación de Ábalos en este escándalo ha reavivado las tensiones internas en el PSOE, especialmente entre los sectores «susanistas» y «sanchistas». Díaz ha recordado cómo Ábalos orquestó una campaña para desalojarla como secretaria general del PSOE andaluz en 2018, lo que ha avivado su frustración y desconfianza hacia él.
Tras esa situación Susana ha reflejado su enojo y frustración pero también sus ganas de seguir hacia adelante y no mirar hacía atrás, ya que si esta fuera rencorosa, «no seguiría».