Buenas noticias para el arte sacro. La Consejería de Cultura y Deporte ha publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la orden por la que se aprueban las bases reguladoras para la concesión de subvenciones para la conservación-restauración de bienes muebles del patrimonio cultural con carácter religioso. Las bases reguladoras para estas ayudas, que contará con un importe de 2,2 millones de euros, contemplan una serie de novedades con el objetivo de agilizar y simplificar el procedimiento y reducir las cargas administrativas y, de este modo, contribuir a la restauración y conservación de los bienes muebles del patrimonio cultural.
Entre las novedades, destaca que la cuantía de la subvención para la restauración de arte sacro aumenta su importe máximo hasta los 40.000 euros, y puede alcanzar hasta el 100% del presupuesto aceptado para evitar que las entidades beneficiarias tengan que buscar financiación ajena para la restauración del bien patrimonial. El plazo máximo es de 12 meses, y para las actuaciones que superen la cuantía máxima de las ayudas, el plazo será de 18, con el fin de que las entidades tengan que solicitar una ampliación.
Inclusión de las personas artesanas en el arte sacro
Además, las nuevas bases reguladoras recogen la actualización de los perfiles de la persona directora técnica de los trabajos de conservación-restauración del proyecto, de acuerdo con las nuevas titulaciones y también se permite la posibilidad de incluir como parte del equipo técnico a personas artesanas inscritas en el Registro de Artesanía de Andalucía o en otros de carácter análogo en el resto de las comunidades autónomas.
Respecto a los criterios de valoración del arte sacro, se clasifican en tres apartados: sobre el proyecto de conservación, sobre el bien mueble a restaurar y sobre el equipo técnico y la entidad solicitante. En el primero se han introducido nuevos criterios conducentes a la mayor valoración de la calidad y desarrollo de la propuesta de actuación para la que se solicita la subvención. Con respecto al bien mueble, se tendrá en cuenta su grado de protección, su valor cultural, el estado de conservación y su ámbito territorial.