Pepe García nace en 2003 en Granada y desde entonces ha sido imparable. Esquí alpino de alto rendimiento, piano e ingeniería, tres pasiones que sus discapacidades no han conseguido pararlo. Teniendo los pies en el suelo, Pepe afirma su realidad. Las circunstancias que le han tocado vivir le han condicionado la vida de varias formas, tanto negativas, como positivas. «Me frustra mucho tener que tardar más en hacer las cosas o tener que hacerlas de otra forma más compleja». 

Aun así, Pepe manifiesta que sus discapacidades le empujan a buscar superarse de forma constante. «Siempre he querido demostrar que las discapacidades no nos hacen menos capaces, sino tener unas capacidades diferentes». 

Prueba de este espíritu de superación es la historia sobre cómo empezó a tocar el piano. Lo primero que pensó fue que por qué él no podría hacer esto. Desde aquel momento no ha parado de esforzarse y mejorar, llegando a ser elogiado por profesores y entrando en el conservatorio de música. 

«Todos nos ponemos más límites de los que en realidad tenemos»

PEPE GARCÍA

Agradecido a sus padres, sostiene que «si no fuera por ellos, por su apoyo constante, y por todo lo que han hecho siempre por mí, por mucho que yo quisiera, no hubiera sido capaz de conseguir nada». 

Con solo 18 años, Pepe García, tiene claro que sin sudor no hay recompensa y que las frases de «si lo quieres lo consigues» o «todo es posible», son solo parte de una farsa que solo genera frustración en los más jóvenes. Añade que los límites existen, pero que, con trabajo duro y esfuerzo, todos podemos alcanzar nuestras metas. 

Pepe García y sus esquís. Fuente: ONCE

¿Y qué te exige el esquí? 

El esquí me exige un nivel de concentración, de rendimiento, de fuerza increíble, me exige ser una persona calmada cuando hay que serlo, y meter caña cuando hay que meterla. Incluso me ha ayudado a madurar. El esquí me aporta nuevas personas, nuevas metas, nuevos retos… nuevas cosas que superar.

No siendo posible su participación en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2022 debido a su lesión, su meta es participar en las paralimpiadas de invierno de Milán 2026, edición a la que sí que espera poder asistir. Esta forma parte de su carácter ambicioso: «no me gusta contentarme o satisfacerme con lo primero que consigo, me gusta siempre ir un poco más allá». 

Su lema de vida: esfuerzo, constancia y superación como camino para superar los límites y conseguir lograr los objetivos que cada persona se propone. La autoexigencia también la considera parte de su esencia. Ser así le ayuda animarse a conseguir todo aquello que persigue, aunque siempre con autocontrol y siendo consciente de sus propios límites.                                       

Pepe García frente a su piano. Fuente: ONCE

Los límites, ¿los tenemos todos en la cabeza verdad?

Está claro que sí, todos nos ponemos más límites de los que en realidad tenemos. Al ser humano nos gusta ponernos excusas “es que esto, es que lo otro, y si esto, y si…”, excusas inválidas, que lo único que consiguen es frenarnos, y no lograr nuestras metas. Hay que ser firme y real con uno mismo, no ponerte más límites de los que tienes, no ponerte excusas, pero tampoco trabajar sin ellos. La cuestión es no frenar, pero también tener un autocontrol.

«No me gusta contentarme o satisfacerme con lo primero que consigo, me gusta ir un poco más allá»

PEPE GARCÍA

La pandemia le ha ayudado a tener paciencia y ha contribuido a mejorar en su batalla contra la frustración de ser impaciente. Pudo comprender que los resultados necesitan «más tiempo y dedicación de lo que pensamos». Asimismo, el granadino admite que la sociedad ha aprendido a cuidar y a ser más responsables, aunque hay muchas personas que todavía tienen que llegar hasta ahí. 

Los sueños de Pepe García están llenos de retos, a cada cual más difícil, como a él le gusta. En el deporte, unas Paralimpiadas; en la música, dar un concierto en algún gran estadio o poder grabar un disco; y, en los estudios, desarrollar una Inteligencia Artificial que consiga cambiar el mundo a mejor.

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