Imagen de Benalmádena. Wikipedia.

El pasado 31 de julio fallecía un niño de tres años ahogado en una piscina de Benalmádena, Málaga. Según informa Diario Sur, el niño se encontraba con sus padres y estos lo perdieron de vista unos instantes, cuando lo volvieron a ver, el niño se encontraba sumergido en el agua.

Al instante los padres lo sacaron de la piscina y durante varios minutos le practicaron maniobras de primeros auxilios en un intento de reanimarlo, pero sin éxito. Los padres rápidamente avisaron a los servicios de emergencias y el niño ahogado fue trasladado de urgencia en ambulancia al Hospital Materno-Infantil de Benalmádena. A pesar de todos los esfuerzos de los médicos, el pequeño falleció en el hospital.

Una tragedia similar ocurría el pasado mes de abril, cuando un bebé de 18 meses falleció ahogado en una piscina en la localidad gaditana de Vejer de la Frontera. Los Servicios de Emergencias desplazados al lugar intentaron salvar al bebé a través de una técnica de reanimación cardiopulmonar pero no fue posible.

Para evitar este tipo de situaciones, las autoridades recomiendan no perder de vista nunca a los pequeños en las piscinas, acudir a aquellas que cuenten con un buen servicio de socorrismo o, si nos encontramos en una piscina particular, restringir el acceso con vallas.

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