El número de personas con discapacidad en edad laboral en Andalucía se situó en 373.100 durante 2024, lo que supone un descenso del 2,4% respecto al año anterior, según la estadística El Empleo de las Personas con Discapacidad. Este colectivo representa el 6,6% de la población andaluza de entre 16 y 64 años, con una mayoría de hombres (57,7%) frente a mujeres (42,3%).

Uno de los datos más destacados es el incremento de la tasa de actividad, que ha pasado del 29,2% en 2023 al 31,5% en 2024, reduciendo ligeramente la brecha con la población sin discapacidad, cuya tasa se sitúa en el 74,9%. Por sexos, la actividad femenina ha experimentado un notable avance, con una subida de 4,2 puntos porcentuales hasta alcanzar el 31,4%, mientras que la de los hombres se situó en el 31,6%.

La tasa de empleo de las personas con discapacidad en Andalucía alcanzó el 24,1%, 3,5 puntos más que el año anterior, aunque aún por debajo de la media nacional, situada en el 28,9%. El crecimiento ha sido especialmente significativo entre las mujeres, cuya tasa aumentó 5,8 puntos hasta el 23,9%, frente a una subida de 1,9 puntos en los hombres, que alcanzaron el 24,3%. La mayoría de las personas ocupadas con discapacidad trabaja en el sector servicios, que concentra el 82,7% del empleo.

Tasa de paro

Por su parte, la tasa de paro descendió hasta el 23,4%, lo que supone una reducción de 6,1 puntos porcentuales en un año, aunque sigue siendo siete puntos superior a la de la población sin discapacidad. El desempleo femenino bajó de forma más acusada, con una caída de 9,6 puntos hasta el 23,8%, mientras que en los hombres se redujo 3,9 puntos, situándose en el 23,1%.

En cuanto a la calidad del empleo, el 89,4% de las personas ocupadas con discapacidad eran asalariadas, y casi tres de cada diez trabajaban en el sector público. El 78,8% contaba con contrato indefinido, un porcentaje ligeramente inferior al de los asalariados sin discapacidad. Además, el 82% trabajaba a jornada completa.

Durante 2024, la mayoría de las personas con discapacidad ocupadas cotizaba a la Seguridad Social en centros ordinarios de trabajo, mientras que el resto lo hacía en centros especiales de empleo. Asimismo, más de una cuarta parte de los asalariados en centros ordinarios fue contratada mediante modalidades específicas para personas con discapacidad.

Por último, el 72,4% de las personas con discapacidad en edad laboral percibió algún tipo de prestación, principalmente vinculada a la incapacidad, aunque cerca de una quinta parte de quienes la recibían se mantenía activa laboralmente.