Archivo - Un médico atiende a un paciente en el Virgen del Rocío. (Imagen de archivo). - HUVR - Archivo
Archivo - Un médico atiende a un paciente en el Virgen del Rocío. (Imagen de archivo). - HUVR - Archivo

El Servicio Andaluz de Salud (SAS), dependiente de la Consejería de Sanidad, Presidencia y Emergencias, encara desde este martes 9 de diciembre cuatro días de huelga médica convocada por el Sindicato Médico Andaluz (SMA) en un contexto especialmente delicado: la ola de virus respiratorios que ha obligado a la Junta a recomendar el uso de mascarillas en centros de salud, hospitales y residencias públicas y privadas hasta el próximo 8 de enero, con la posibilidad de ampliar el plazo según evolucione la temporada de gripe.

Para estas jornadas de paro —del 9 al 12 de diciembre— el SAS ha establecido servicios mínimos equiparables a los de un día festivo, tanto en Atención Primaria como en hospitales. Esto implica que se garantizará la asistencia propia de un domingo en consultas, urgencias, partos y cuidados críticos. Asimismo, deberán prestarse al 100% las pruebas diagnósticas que habitualmente se realizan en festivo, así como la atención inmediata a pacientes con patologías que no admiten demora.

En los centros de salud con SUAP, la actividad de urgencias se cubrirá como en fines de semana, sin refuerzo adicional. En aquellos sin SUAP o con horarios no coincidentes, se dispondrá un médico para urgencias durante el horario habitual. En urgencias hospitalarias, la plantilla será la correspondiente a un fin de semana, con la opción de incorporar hasta un 50% más de facultativos en función del número de MIR asignados. Para el 061 se establece un 90% de efectivos en cada franja horaria, mientras que en el servicio de teleoperación de Salud Responde la dotación será del 75% del personal.

Enfrentamiento político y sindical

El consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, ha responsabilizado directamente a la ministra de Sanidad, Mónica García, del «daño que pueda provocar» esta huelga, convocada —afirma— por la falta de avances en la reforma del Estatuto Marco del Sistema Nacional de Salud. Sanz sostiene que la regulación del Estatuto es «competencia exclusiva del Ministerio» y atribuye la situación actual a la «dejación» de la ministra. A su juicio, el Gobierno central mantiene una «actitud de confrontación» y ha excluido a las comunidades autónomas del proceso pese a que son las responsables de la gestión diaria de la sanidad pública.

El consejero subraya que Andalucía es «respetuosa con el derecho a la negociación y a la mejora de las condiciones laborales», pero reclama al Ministerio mayor voluntad de diálogo para evitar los efectos de una huelga que coincide con el periodo de mayor presión asistencial del año.

La Consejería advierte también de que los cambios propuestos por el Ministerio han generado «preocupación» no solo entre los médicos, sino también en enfermería, técnicos, fisioterapeutas y trabajadores de emergencias, que temen una alteración de la organización interna y de dinámicas de trabajo consolidadas.

El SMA rechaza los servicios mínimos y denuncia precariedad

Por su parte, el Sindicato Médico Andaluz ha rechazado los servicios mínimos fijados por la Administración al considerarlos «impuestos» y «abusivos», y anuncia que adoptará medidas si se vulnera el derecho a la huelga. El SMA sostiene que los servicios mínimos deberían ser «equivalentes a los de un día festivo», como ocurrió en las huelgas de junio y octubre.

El sindicato mantiene su exigencia de un Estatuto profesional propio para médicos y facultativos, alegando una «falta de voluntad negociadora» por parte del Ministerio. Su presidente, Rafael Ojeda, ha denunciado que los facultativos llevan años soportando «condiciones intolerables y precarias» sin que sus reivindicaciones sean atendidas. Critica que el Estatuto Marco propuesto perpetúe «un modelo fracasado» que ha «devaluado» la figura del médico y deteriorado la relación con los pacientes. Asegura, además, que la huelga de diciembre «será un éxito» porque «los médicos están más unidos que nunca».

Con la presión asistencial en aumento por la incidencia de virus respiratorios y en pleno periodo prenavideño, el conflicto entre el SAS, el Ministerio y los profesionales médicos abre una semana decisiva para la sanidad andaluza.