La consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Rocío Hernández, ha presentado este martes su dimisión tras la polémica generada por los errores detectados en el programa de cribado de cáncer de mama. La renuncia se produce después de varios días de críticas políticas y sociales por la gestión del caso, que afectó a más de 2.000 mujeres cuyos resultados de mamografía no concluyentes no fueron comunicados a tiempo para realizar una segunda prueba.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, había anunciado que se «depurarían responsabilidades» tras conocerse el fallo, que la propia Administración calificó de «incidente que nunca debió ocurrir». La consejera abandona el cargo en plena aplicación del plan de choque puesto en marcha por el Gobierno andaluz para completar antes del 30 de noviembre todas las revisiones pendientes y reforzar el sistema de detección precoz del cáncer de mama.
La dimisión se produce en un contexto de creciente presión social. Este miércoles, cientos de personas se concentraron frente a la sede del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Sevilla para exigir explicaciones y responsabilidades políticas. Las protestas se suman a la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía Superior de Andalucía y a las investigaciones del Defensor del Pueblo Andaluz y del Parlamento, que han acordado una comisión de investigación para esclarecer lo ocurrido y determinar posibles responsabilidades.