Andalucía posee un punto clave para la defensa antiaérea en el sur de Europa. La creciente tensión geopolítica que se sucede en Oriente Próximo ha suscitado la pregunta de si realmente el territorio andaluz está preparado para una amenaza balística o ataque aéreo con misiles. En primer lugar, España forma parte de la OTAN desde 1982 y, por ende, posee una estructura de defensa antiaérea distribuida territorialmente. Gran parte de este sistema recala en suelo andaluz.

En este sentido, la pieza clave está en la Base Naval de Rota, en Cádiz, donde, desde 2011, alberga cuatro destructores estadounidenses clase Arleigh Burke equipados con sistema Aegis y misiles interceptores RIM-161 SM-3, el cual se trata de un elemento indispensable del escudo antimisiles de la OTAN en Europa. Asimismo, en 2023 se amplió este sistema de defensa con la presencia de dos destructores más y 600 militares adicionales. De este modo, se reforzó la capacidad de respuesta ante misiles de medio y largo alcance.

A pesar de que Andalucía no cuenta con baterías terrestres específicas instaladas en su territorio como defensa antiaérea -a nivel nacional están los misiles Patriot y los sistemas Hawk y Nasams-, puede integrarse dentro de este paraguas nacional mediante la cobertura aérea desde áreas cercanas.

En definitiva, Andalucía está protegida, aunque no de forma aislada. Esto es posible al formar parte de un engranaje defensivo en el que se encuentran estructuras nacionales y la OTAN. Pese a que el sistema es sólido, es preciso que se realice un mantenimiento continuo y una especial coordinación para cumplir el objetivo de proteger al sur de España de una hipotética amenaza con misiles.

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