Lleva varias décadas viviendo en Sevilla, pero Magdalena nació a bastantes kilómetros de distancia, en un pequeño municipio que no desvela situado entre las provincias de Cuenca y Albacete. “En plena Mancha”, dice con un orgullo por su patria chica que los años fuera no han mermado.

Es habitual del Centro de Participación Activa de Mayores de Heliópolis y hace honor al largo nombre del lugar siendo participante muy activa de las distintas iniciativas que se le presentan a sus usuarios. El taller de La Prensa en Andaluz no iba a ser menos y también llamó su atención, por lo que no dudó en inscribirse. “La Prensa en Andaluz”, repite el título. “¡Qué curioso!”.

“Habla siempre mucho”, dicen sotto voce algunos (algunas más bien, habría que decir) de sus compañeros. Y es cierto, lo cual está muy bien. Porque, ¿cómo verá alguien de fuera la prensa andaluza? ¿Qué imagen de Andalucía trasladan hacia el exterior los medios nacionales? ¿Y qué fue el 4-D?

“Yo eso del 4-D no sé qué es. Vamos, sé el tema de la creación de la España de las autonomías y eso, pero exactamente no sé yo muy bien qué fue eso”. Informada, concluye: “Es que es lógico. A mí una de las cosas que más me ha llamado la atención siempre de Andalucía es ese sentimiento de pertenencia a una tierra común. No sé cómo explicarlo. En Castilla-La Mancha eso no existe tanto, o por lo menos yo no lo he percibido así”. Sus compañeros andaluces asienten. Ella continúa: “Los manchegos tenemos el Quijote y ni siquiera es nuestro del todo porque es universal”. Resumiendo: “Veo lógicas esas movilizaciones de los ciudadanos por la autonomía de Andalucía y es hasta admirable”.

En general, la opinión del grupo es negativa en cuanto a la imagen que trasladan los medios sobre Andalucía. No es todo fiesta, ni campo, ni calor… Magdalena está de acuerdo. “Yo llevo muchos años aquí y me parece injusta la forma en que se ve muchas veces Andalucía fuera. Que los personajes andaluces de una película o una serie tengan que ser las chachas, los graciosos o los golfos no se corresponde con la realidad. Conozco aquí a mucha gente muy válida, muy inteligente y muy buenas personas”. Y el tema andaluz se mezcla con la cuestión de la mujer: “Es como cuando generalizamos y pensamos que las mujeres de hace años no sabían nada porque no estudiaban, porque se dedicaban sólo a la casa y a los niños… Pues no todas eran así. Muchas consiguieron estudiar y son grandes profesionales. Y otras muchas, siendo ya mayores, se han puesto a estudiar y hasta se han sacado una carrera, lo que me parece admirable y no le damos toda la importancia que tiene”.

Y continúa: “Pero es verdad que las mujeres antes lo tenían peor que ahora. Cuando se dice que las mujeres tienen que seguir luchando por sus derechos… pues sí, es verdad, pero las mujeres jóvenes (dice mirando a la monitora del taller) no sabéis la suerte que tenéis porque antes sí que era todo muy complicado para nosotras”.

Reconducimos el tema: Andalucía en los medios. “Yo creo que sí sale mucho, pero es verdad que para hablar siempre de lo mismo. Pero, ¿y La Mancha? La Mancha siempre ha sido zona de paso y no sale nunca, salvo cuando pasa algo malo. Quizá el problema de Andalucía es que salir, lo que se dice salir, sale, pero a lo mejor siempre salen los mismos sitios, las grandes ciudades, las zonas costeras… y se le hace menos caso a las zonas rurales, a los pueblos pequeños”. Y con un tono casi de confidencia, rubrica su intervención: “Y te lo dice una que viene de un pueblo pequeño, y encima manchego”.

Termina el taller, nos hacemos la foto familiar con los participantes que no han salido escopetados a otras actividades o a sus casas… y nos quedamos sin saber el nombre de ese misterioso pueblo del mismo corazón de La Mancha.

Fernando Domínguez Gómez

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