Cuando una población lleva un siglo leyendo prensa local, se nota. Los procesos mentales, las inquietudes y las reflexiones son más profundas, así como la defensa del patrimonio y de las tradiciones propias. Saben que la cultura es un preciado tesoro que hay que defender. Quizá por eso Isla Cristina es una potencia del carnaval cantado y es tierra natal de artistas tan célebres como Manuel Carrasco. No en vano, los isleños tienen una publicación propia que es centenaria, algo inaudito en plena crisis del papel y del periodismo. La Higuerita es el periódico con mayúsculas de Isla Cristina. Con una tirada quincenal, es la publicación con más antigüedad de la provincia de Huelva y el cuarto de Andalucía por detrás del Diario de Cádiz, El Correo de Andalucía y La Opinión de Cabra. Ha tenido su sede de forma continuada en la ciudad de Isla Cristina, excepto un brevísimo periodo en el que se publicaron dos números consecutivos en sus inicios, redactados desde la ciudad de Huelva debido al secuestro de la edición isleña. En 2013 fue distinguido, en el año 98 de su historia, con la Medalla de Oro de la Provincia Huelva.

 

 

El 13 de febrero de 1915 se inició la publicación de La Higuerita motivada por la necesidad de trasmitir información a una localidad que se acercaba a los 9.000 habitantes, de la misma manera que otros lugares de la provincia comenzaban a editar sus propios periódicos. A principios de 1915, cuando el único periódico con el que contaba la villa (el título de ciudad le sería otorgado en la siguiente década) era el Ecos de Isla Cristina, un grupo de jóvenes decidía asociarse para editar una nueva publicación con periodicidad semanal. Aquellos jóvenes eran Juan Bautista Rubio Zamorano, Manuel Bermúdez, Jaime Casanova Mirabent, Tomás Pérez Romeu, Cervantes de la Vega y Tomás Berasaluce. Esta publicación sería bautizada con el primitivo nombre de Isla Cristina, La Higuerita, suceso que originó inicialmente burlas por parte de la sociedad por considerarlo algo ridículo.

Pero no todo fue un camino de rosas. Como en cualquier iniciativa que se sostiene en el tiempo tantos años y a lo largo de su dilatada historia, La Higuerita sufrió los vaivenes de todo, pero sobre todo de la política, dado que su línea editorial fue siempre consecuente con el pensamiento de su editor. Ya en 1916 fue clausurado por el Ayuntamiento isleño por la hostilidad hacia el mismo al no compartir las decisiones municipales, a lo que hizo frente editándose desde Huelva capital durante algunos números hasta que la situación se relajó. Durante el periodo de la Guerra Civil (1936-39), Juan Bautista Rubio padeció los rigores de la situación política, hasta el punto de que incluso su0, vida corrió peligro. Las dificultades no cesaron con la posguerra, época durante la que, por ejemplo, el cupo de papel que oficialmente tenía asignado para la edición no lo recibía, como igualmente el periódico fue sometido a la censura previa hasta aproximadamente el año 1960. Con el paso de los años, La Higuerita se ha ido modernizando sin perder la voluntad de informar con honestidad, rigor, veracidad y vocación de servicio público en una población que, hoy por hoy, tiene más de 21.000 habitantes. 102 años de periodismo de muchos quilates.

El nombre del periódico figura en el callejero isleño y ha ganado premios como el Ángel Serradilla. Además, al fundador se le ha dedicado el Centro Cultural Polivalente, que posee el nombre de Juan Bautista Rubio Zamorano. Asimismo, el editor y director actual ha recibido el homenaje unánime de la corporación municipal dedicándole el centro cultural inaugurado en 2009 junto a la playa: el Centro Cultural Municipal Rafael López Ortega. El último reconocimiento adquirido por el periódico ha sido por parte de la Junta de Andalucía con la distinción Huelva-Junta 2010 por su trayectoria, cuando se cumplieron 95 años de su fundación.

 

EL MIRAMAR, LABOR SOCIAL CLAVE

El CEPER Miramar de Isla Cristina acogió el taller La Prensa en Andaluz con un balance muy positivo. Aurora, por ejemplo, comentó que tiene cuatro sobrinos viviendo en Cataluña que admiten que “la prensa de allí no cuenta las mismas cosas que la 1, Antena 3, la Sexta o Cadena Ser”. Por otro lado, Tomás confesó que fue el primero en tener un televisor en la Punta del Caimán. “Le poníamos papel charol rojo para verla en color”, recordó con humor. Y otra participante admitió que conoce a Josep Pedrerol porque ve El Chiringuito de Jugones con su marido. Eso es amor.

 

Texto de Francisco José Núñez Barral

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